Adaptación del modelo del sol naciente en cuidado cultural
Abstract
COVID-19 disease outbreak was first reported in Wuhan
(China) on december 31, 2019. Due to the high levels of
spread of the disease, on March 11, 2020, the World
Health Organization declares it a pandemic. Since then,
social inequalities and inequalities have deepened,
because of preventive and compulsory social
confinement measures that each country applied to
different levels. The impact of the pandemic on
indigenous peoples has further exposed the well-known
pre-existing inequalities requiring nursing to assume its
role and put into practice cross-cultural care techniques
to confront it. The objective of this work is to present an
adaptation of the model of rising sun of Madeline
Leininger of transcultural nursing from the Leininger’s
theory of cultural care diversity and universality to
indigenous populations, based on the importance of
adapting human care, facilitating the understanding of
the interrelated structure of the model (cross-cultural
nursing) to improve the way nursing personnel act in
these communities.
Keywords: COVID-19, indigenous communities,
model of the rising sun by Madeline Leininger.
Introducción
A finales del año 2019 en la ciudad de Wuhan
(provincia de Hubei, China) comenzó a reportarse
casos de neumonía. El análisis de las muestras
señaló como agente causal un nuevo coronavirus
llamado síndrome respiratorio agudo o SAR-COV-
2, y produce la enfermedad llamada COVID-19 (CO
corresponde a corona, VI a virus y D a disease (del
inglés enfermedad)). Fue llamado así por el Comité
Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV, por
sus siglas en inglés), y como era de esperarse, nunca
había sido identificado en humanos 1-3.
Desde el primer reporte por parte de China el 31 de
diciembre de 2019, hasta finales de febrero de 2020,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó
un seguimiento exhaustivo del
2
brote, señalando que existían elevados niveles de
propagación de la enfermedad junto con evidencias
alarmantes de inacción por parte de sus Estados
miembros; todo esto presentaba un escenario de la
grave situación. En vista de lo anterior, el 11 de
marzo de 2021 el director general de la OMS (Dr.
Tedros Adhanom Ghebreyesus) señala en rueda de
prensa: “Hemos llegado a la conclusión de que la
COVID-19 puede considerarse una pandemia” y
Revista INSPILIP - V 5 - Número E COVID-19 - Agosto 2021
CÓDIGO ISSN 2588-0551
hace un llamado a sus países miembros a encontrar
un delicado equilibrio entre la protección de la
salud, la minimización de los trastornos sociales y
económicos, y el respeto a los derechos humanos 4.
Desde que apareció el virus en el año 2019 hasta el 4
de julio del 2021, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) reporta 182´319.261 de casos confirmados de
COVID-19, señalando 3´954.324 defunciones y, según
reporta Nunes y colaboradores en 2021, la enfermedad
profundizó las desigualdades e inequidades sociales,
ya que la pandemia por COVID-19 produjo una gran
crisis económica y social, a escala mundial, producto
de las medidas de confinamiento social preventivo y
obligatorio que cada país aplicó en diferente grado
(distanciamiento físico, prohibición de libre tránsito,
horarios restringidos, cierre de actividades académicas
a todo nivel, entre otras). Estas medidas no impactan a
todas las personas por igual y, lamentablemente,
algunas de estas medidas de excepción han agravado
la situación de vulnerabilidad para ciertos colectivos
sociales 5.
Durante el 2020, las estadísticas sanitarias
internacionales sitúan a América Latina y el Caribe
como una de las zonas más afectadas en el mundo por
esta terrible enfermedad; los grupos socialmente
vulnerables, debido a las condiciones adversas de
precariedad y de exclusión en las que vivían antes de
la pandemia, fueron especialmente afectados, ya que
todas sus condiciones socioeconómicas se agravaron.
Estudios realizados por la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal) establecieron
como resultados una contracción del PIB del orden del
9,1 %, el cierre de 2,7 millones de empresas y 44,1
millones de desempleados. Reportes de Lustig, N., y
colaboradores en el año 2020, indican que la pobreza
en América Latina es del 23 % (utilizando el valor
indicador de pobreza internacional correspondiente a
un ingreso de USD 5,5 por día). También señalan que
cerca del 4 % de los latinoamericanos vive en la
extrema pobreza (por debajo del umbral de pobreza,
correspondiente a ingresos de USD 1,90/día) y que sus
ingresos no son suficientes para la compra de
alimentos que provean una nutrición saludable.
De manera general y preocupante, 10 % de los
latinoamericanos que ganan USD 3,20/día está en
riesgo de caer en la pobreza extrema y señalan que
este número es notablemente superior en Bolivia,
Guatemala y Ecuador. Estos valores, como eran de
esperarse, señalan que la pandemia ha profundizado
Márquez Ana H.
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